Tanto esperar el domingo, el sol, la ruptura con la rutina, el encuentro con la naturaleza y al llegar a las Playas de SAN LUIS espesas nubes arropaban al sol, el mar había perdido su azul, y vestía de plata.
Parecía una pintura fresca aun, mutante tras los desvaríos de un extraño artista, las montañas lejanas cambiaban de color, se tornaban rosadas y las oscuras nubes se desplazaban veloces para alcanzarlas, y el pintor volvía a cambiar sus pinceles y eran otros montes, y otros cielos. No encontré al Sol, pero disfrute una serena tarde de lluvia, hermosa y diferente.
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